martes, 1 de marzo de 2016

Casa Timbal. ¡que gran descubrimiento!

¡Que gran descubrimiento! , y de los más casual, os contare...


Estaba yo en mi tedio del comienzo de este año gastronómico toledano, que ni pa´lante ni para atrás, con mas expectativas que acciones, cuando de repente descubro esta maravilla. Me disponía a tomarme un café para despertarme de esa hora letal que son las 16:00, y simplemente pensé que entraba en un bar de barrio (nada en contra de ellos que conste que me encantan), cuando sorpresón (La verdad si he de ser sincera es que no me había fijado en el cartelon de la calle anunciando el cambio de look del sitio ), pero allí estaba , acababa de entrar en una de esas gastrotabernas que en Madrid abundan y en Toledo faltan.

La decoración en blanco neutro con unos tenues tono verdes, buena barra, mesas altas, y al girar la cabeza ¡OMG! una bodega con cristal transparente llena de vinos, conservas, quesos y demás majares y con su precio puesto, no podía creerlo, un cartel rezaba - precio de descorche 5 euros- , buena opción para probar bueno vino entre amigos.


Mientras tomaba el café asome mi cabeza hacia lo que parecía un comedor , aparentemente estaban montando algo, no pude aguantar, pregunte al camarero que me informo muy amablemente que esa tarde tenían una cata de vinos con maridaje amenizada con flamenco, y me facilito una tarjeta por si quería informarme de la próxima, ya que esa tenia el cupo lleno (empece a esbozar una pequeña sonrisa) así que me prometí que volvería.

Este mismo fin de semana me acerque, sobre las 14:00, esa hora en la que el cuerpo pide caña y tapa, y he ahí mi sorpresa, que ambiente de tapas. la barra llenas de tapas con una pinta buenísima, así que me pedí un blanco espumosa y probé esas tapas que tan buena pinta tenían. Mire la carta, tenia muy buena pinta, así que pregunte si había sitio en el comedor, porque desde que había llegado nada mas que hacia pasar gente, por suerte quedaba una mesa.

Que delicia de primero una cocreta semiliquida que se deshacía en la boca, un pan de cristal acompañado con un aceite de oliva ecológico que era un manjar, ademas dejaron la botella hasta el final de la comida, a continuación probé la Corona de Alcachofas con Cigalitas y su Coral, y la Manita de Pulpo sobre nube de Pimetón. y por fin me dedique a mi preferido, Steak Tartar de Wagyu, que maravilla, y para terminar y no quedarme con hambre, Carne Roja Premium Trinchada. (tranquilos no me sacaron en grua, era para compartir entre cuatro personas).

Todo regado con un vino recomendado por el genial camarero que era el de cata de la que me habian hablado unos días antes, ÁBREGO 2012 (Bodegas Calar).Y para cerrar una comida excelente unos piononos casi como los de Granada, un brownie de chocolate y de regalo (detallazo) un tatin de hojaldre de manzana, terminamos la copa tranquilamente en el comedor, puesto que no cierran y no hubo ni malas caras, ni nada (raro en la ciudad).

En ese momento aproveche para poder preguntar un poco más por el restaurante, el camarero me dijo que llevaban 4 meses abiertos, que ellos primaban la calidad de los productos y la buena atención que la cantidad de comensales y me informaron más sobre las catas, en la del día anterior habían catado junto con el vino un sushi de perdiz, pero mi mayor sorpresa fue cuando pregunte el precio de la cata....¿sabéis cual era?, ninguno era GRATUITA, que venga Dios y lo vea, algo gratuito en Toledo (No doy credito), nos contó que era una buena forma de promocionarse, porque si el cliente se siente a su gusto en el local y le gusta lo que toma, probablemente repita, buena estrategia de marketing que conmigo funciono de maravilla , he de reconocer que volveré ya que me queda por probar las especialidades asiáticas (sashimi y tataki) y con la impaciencia también de probar los arroces.

También he de destacar que la atención de los camareros, que también me contaron que eran los gestores, era impecable, profesionales de la hostelería por los cuatro costados, con perfecto conocimiento de lo que se servia en todo momento, haciendo sentir el cliente como parte importante que es ese placer que de disfrutar de una comida maravillosa en buena compañía y con buenos productos. Lo único que lamento es no conocer el nombre del chef, gran culpable de que esta experiencia fuera inolvidable, pero como volveré no os preocupéis que lo preguntare para contároslo.

Y ahora lo mas importante donde está os preguntareis, pues muy cerca de todo, lo que era el antiguo Restaurante La Montería en la Bajada de Castilla La Mancha, en los soportales frente a la Oficina del Sepecam, ahhh y para los que se acuerden de este sitio por su cocido, decirles que lo siguen haciendo, así que los lugares donde comer cocido aumentan en la ciudad, aunque no os puedo decir como esta puesto que no lo probé.

Podéis satisfacer vuestra curiosidad consultando su web y su fanpage:


Algunas fotos (perdón por la cálidad, tengo el móvil bastante enfermito)


Casa Timbal en Toledo, Gastroba vinos en Toledo Tapas